Lo primero que debemos tener
en cuenta es que, como todos los estafadores, la mayoría de los falsos
sacerdotes suelen ser simpáticos, convincentes y hábiles; aparentan ser buenas
personas con la finalidad de cumplir su cometido: obtener dinero de forma fácil,
valiéndose de la buena fe de la gente. Por lo general ofrecen sus servicios
mediante referencias o tarjetas de presentación que ellos mismos distribuyen en
gran cantidad, manifestando una gran disponibilidad y ofreciendo todas las
facilidades posibles.Image Su campo de acción
Suelen aparecer en momentos
difíciles de la vida; por ejemplo, cuando los fieles se encuentran afectados
por la pérdida de un ser querido. También se acercan a aquellas personas a las
que en su parroquia les fue negado un servicio religioso, por existir alguna
irregularidad o por no querer cumplir con los requisitos que se les piden para
la celebración de un sacramento, o a quienes quieren hacerlo fuera de los
lineamientos establecidos por la Iglesia, como realizar un casamiento en la
playa o en un salón de fiestas. No debemos olvidar que los sacerdotes católicos
tienen prohibido casar, bautizar y en general, oficiar misas fuera de la
parroquia o en un templo público reconocido, salvo cuando se trata de una misa
de cuerpo presente en la capilla de un velatorio público o de la Misa de una
comunidad más grande en ocasiones significativas como la festividad de la
Virgen de Guadalupe: en fábricas, vecindades o vecinos de toda una calle. Los
falsos sacerdotes también acostumbran visitar algunas casas o empresas, donde
solicitan donativos para alguna casa hogar, orfanato o asilo inexistentes. En
algunos casos también llegan a ofrecer sus servicios a los propios sacerdotes
para ayudarlos en su fiesta parroquial o en Semana Santa.La invalidez de los
sacramentos
Los falsos sacerdotes
encuentran una mina de oro en aquellas personas que desean casarse por segunda,
tercera o cuarta vez, sin haber recibido la declaración de nulidad de
sacramento de su primer matrimonio, o que buscan tener la celebración de algún
sacramento en la playa, yate, jardín, salón de fiestas, etc. En estos casos,
sus servicios llegan a estar acompañado de un “paquete completo de fiesta” que
incluye: celebración del sacramento, carpas, sillas e incluso el banquete.
Algunas de las personas que lo solicitan están conscientes de que el sacramento
que van a recibir también es falso, pero otras no lo saben y suelen llevarse
una gran sorpresa cuando se percatan de que el acta de Matrimonio o de Bautismo
no tiene validez ante la Iglesia Católica.¿Quiénes son los falsos sacerdotes?
Un gran porcentaje de ellos se
compone de personas que estudiaron para servir a la Iglesia a través del
ministerio sacerdotal, pero que por razones diversas fueron expulsadas del
seminario. Otros fueron sacristanes en algún momento de su vida y otros más
simplemente vieron la oportunidad de obtener dinero fácil a costa de la buena
fe de las personas. Todos ellos conocen las partes de las celebraciones
litúrgicas e incluso llegan a engañar a los verdaderos sacerdotes.Medidas
preventivas
1. Acudir a nuestra parroquia
para que nos orienten sobre los requisitos necesarios para la celebración de
los sacramentos.
2. En caso de la pérdida de un
familiar, acudir a la parroquia más cercana al velatorio o a nuestra propia
parroquia para solicitar los servicios correspondientes. En algunos casos los
responsables de los velatorios están en complicidad con los falsos sacerdotes,
pues suelen darles una comisión.
3. Nunca aceptar a los
sacerdotes que se dan a conocer con tarjetas de presentación o que ofrecen
servicios a domicilio o por medio de “paquetes completos”.
4. Exigir al
sacerdote la credencial expedida por la diócesis correspondiente
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