jueves, 11 de junio de 2015

LA MASONERÍA



1. Orígenes.


La palabra masón proviene del inglés "mason" y del francés "maçon". Ambos 
términos significan "albañil". Los orígenes de la masonería se pierden en el 
tiempo y pueden ser tan lejanos como los orígenes del oficio de la 
construcción. Entre los antecedentes legendarios, existe el mito de Hiram 
Abif, arquitecto y constructor del templo del rey Salomón. Según la 
masonería este arquitecto sería uno de los primeros masones de la historia 
quien habría transmitido su arte hasta nuestros tiempos por tradición 
simbólica.

En los antecedentes históricos podemos destacar la existencia de los 
"collegia", antiguos gremios de constructores durante el imperio romano. 
Estos gremios de constructores tomaron mucha fuerza durante la Edad Media y 
se desarrollaron independientemente en varios países. Se dividían en 
"logias". En su época de mayor influencia arquitectónica, trabajaron para la 
Iglesia, construyendo todas las iglesias y catedrales de Europa, 
desarrollando el hermoso estilo gótico que caracterizó la arquitectura desde 
el siglo XI al XVI.

Como es natural a todo gremio, los masones defendían sus intereses 
corporativos. Por ello no daban a conocer los "secretos" del "Arte" a nadie 
que no fuera iniciado en alguna logia, para así mantener el monopolio de su 
actividad. Sus reuniones eran secretas, utilizaban un ritual para realzar 
dichas reuniones, usaban un lenguaje simbólico no asequible ni siquiera a 
los más ilustrados de su época y junto con esto desarrollaron una hermosa 
alegoría ética donde primaban conceptos como la rectitud, la fraternidad, la 
tolerancia, la universalidad, etc. Cada concepto era simbolizado por una 
herramienta de albañilería.

Internamente su organización consistía en grados. Estaban los aprendices, 
quienes pasaban 6 años sólo desbastando piedras brutas, escuchando en 
silencio en las reuniones donde se enseñaba el arte. Este "desbaste" de 
piedras brutas con mazo y cincel dieron pie a la hermosa alegoría del 
perfeccionamiento del espíritu profano lleno de aristas, con la ayuda de la 
inteligencia (cincel) para identificar y apuntar el defecto, y con fuerza 
(mazo) para eliminar ese defecto del carácter. El siguiente grado consistía 
en el de Compañero que era el verdadero masón. Cada logia contaba con un 
Maestro, que era un Compañero elegido por sus pares, y que dirigía los 
trabajos. Los masones consideraban su oficio como sagrado pues contribuían a 
la obra constructora de Dios. Las logias de diferentes países mantenían 
relaciones diplomáticas. Cualquier compañero podía viajar a otro país con 
alguna credencial de su logia y darse a conocer en otras logias por medio de 
señas y palabras secretas. Un masón que tenía la libertad de viajar era 
llamado masón "libre" o "francmasón". Este "hermano" era aceptado y podía 
trabajar allí cuanto tiempo desease aprendiendo nuevas técnicas que podía 
transmitir a su regreso a su logia de origen.

Toda esta etapa es conocida como de la "Masonería Operativa", no siendo más 
que un gremio que perfeccionaba su oficio, protegía sus intereses como 
cualquier gremio y sentía gran orgullo de su profesión.

Hacia mediados del siglo XVII la construcción de catedrales disminuyó 
dramáticamente. Por ello su actividad decreció y sus reuniones fueron 
tornándose cada vez más filosóficas. Esto fue de gran atractivo para algunos 
intelectuales y nobles, quienes veían de buen gusto el pertenecer a las 
logias a pesar de no haber trabajado jamás como albañiles. Las logias 
aceptaban a estos nuevos miembros pues les daba un mayor prestigio y niveles 
de contactos para obtener más trabajos. A estos nuevos miembros no 
operativos se les denominó "Aceptados", y de allí la actual denominación de 
"masones libres, antiguos y aceptados". Ya hacia fines del siglo XVII la 
actividad operativa llegó a ser nula por lo que las logias se reunían 
exclusivamente a la actividad "especulativa" o filosófica.

En 1717, cuatro logias de Inglaterra se reunieron en una taberna de Londres 
con el simple fin de conformarse como Gran Logia de Inglaterra y volverse a 
reunir en un año más. Para dirigir esa reunión se nombró como Gran Maestro 
al Pastor presbiteriano James Anderson, quien redactó la Constitución 
Masónica que, entre otras cosas, prohibía el ingreso de ateos. En dicha 
constitución se fijaron las pautas del ritual a utilizar siendo aprobado el 
Rito de York. Sus principios se basaban en la libertad, igualdad y 
fraternidad, y su fin era el perfeccionamiento moral de cada miembro para 
transmitir la fraternidad y la tolerancia a la humanidad. Este evento generó 
un fuerte entusiasmo en una sociedad que tendía cada vez más al laicismo, y 
no se hizo esperar la fusión de las logias en grandes logias en el resto de 
Europa.

En Francia, la masonería tomó un cariz especial dada la influencia de 
ciertos caballeros escoceses que introdujeron un tal Rito Escocés Antiguo y 
Aceptado que, en todo caso, es desconocido en Escocia pues allí también se 
usa hasta hoy el rito de York. Esto degeneró en una masonería de 33 grados, 
cosa inexistente hasta entonces, con nombres rimbombantes, lo que resultó 
muy atractivo para la intelectualidad y nobleza francesas. Esto llevó a 
separar la masonería francesa en dos niveles: la masonería simbólica de 3 
grados (aprendiz, compañero y maestro), y la filosófica de 30 grados que era 
la que dirigía (y dirige hasta hoy) los destinos de la masonería de cada 
país. La Masonería francesa encontró inmediatamente un rechazo doctrinal de 
parte de la Iglesia Católica, la que en esa época se encontraba fuertemente 
ligada al poder de la monarquía absoluta. Para los masones la monarquía 
absoluta era contraria a su visión de libertad, igualdad y fraternidad. La 
masonería francesa influyó en todas las masonerías latinas (España, 
Portugal, Italia, Latinoamérica) las que se transformaron en fuertemente 
anti católicas.

2. Definición de la Masonería.

La Masonería Especulativa es una organización secreta, iniciática y 
esotérica cuyo fin es el perfeccionamiento de sus adeptos para transmitir en 
su accionar en la sociedad los principios de Libertad, Igualdad y 
Fraternidad. Instan a sus miembros a la práctica de la tolerancia y la 
filantropía. Rechazan todo tipo de dogmas pues creen en la libertad de 
conciencia. Utilizan un método pedagógico basado en alegorías simbólicas 
provenientes de la Arquitectura y de la Construcción. Es de carácter 
secreto, no teniendo acceso al conocimiento del Arte más que aquellos 
aceptados por la Orden, quienes ingresan por invitación. La Masonería se 
organiza en grados, entre los cuales también se practica el secreto, no 
pudiendo un masón tener acceso a las enseñanzas de los grados superiores a 
él.

La Masonería no es una religión ni es un partido político. Aceptan entre sus 
miembros a hombres de toda creencia religiosa o política. No impone ninguna 
visión divina, para lo cual crea el concepto simbólico del Gran Arquitecto 
del Universo, cuyo fin es que simbólicamente responda a la particular visión 
de Dios o de la creación que tenga cualquiera de sus miembros. En la mayoría 
de las logias se pone la Biblia abierta en el altar, en otros países el 
libro sagrado de la religión dominante o en otras como en Francia y México, 
sólo la Constitución Política del país.

Sus reuniones son en base a rituales de un simbolismo proveniente también de 
la albañilería. En dichas reuniones se estudian lecturas sobre diversos 
temas simbólicos, filosóficos como algunos de actualidad, los que no pueden 
ser de tipo partidista ni proselitista. Incorporan a su bagaje filosófico 
los aportes de todos los grandes pensadores de la historia desde Hermes 
Trismegisto hasta Ortega y Gasset, así como los misterios esotéricos de 
todas las culturas ancestrales tales como la egipcia, griega, hindú, 
arábiga, hebrea, oriental, además de la alquimia, el ocultismo, el tarot, el 
horóscopo, la astrología, etc.

Valoran en gran forma la Razón, elevándola a la herramienta fundamental del 
Hombre para alcanzar la Verdad, la felicidad y para que cada hombre 
construya su propia escala ética con las herramientas proporcionadas por la 
orden.

Hasta aquí la Masonería parece una institución anodina y preocupada del bien 
de la humanidad, con ideas puras y libertarias para la felicidad del hombre. 
¿Por qué entonces hay tanta animosidad hacia ella?

3. Influencia histórica.

El nacimiento en Inglaterra de la Masonería especulativa coincide con los 
primeros albores de la Ilustración. Muchos pensadores, políticos y nobles 
simpatizantes de la Ilustración se unieron a la Masonería al encontrar en 
ella mucha sintonía con sus ideas. Esto generó una honesta preocupación de 
la Iglesia pues ella veía en la Ilustración y en la Masonería graves 
errores, lo que podía generar muchas pérdidas de almas. Por su parte los 
intelectuales de la ilustración veían en la iglesia un pilar de la monarquía 
absoluta, la que contradecía a todo concepto de libertad, por lo que 
atacaron virulentamente a la iglesia y la acusaron de mantener cautiva la 
conciencia del pueblo a través de dogmas y supersticiones, cooperando con 
ello a la mantención del injusto sistema absolutista.

No todos los masones participaban necesariamente de todas estas ideas, 
surgidas no a partir de las ideas masónicas originales sino más bien de la 
mezcla con las ideas de la Ilustración, del racionalismo, del naturalismo y 
de las ideas democráticas y republicanas. Al desencadenarse la Revolución 
Francesa, muchos masones cayeron decapitados por orden de otros masones. La 
revolución francesa significó además la muerte de un sinnúmero de religiosos 
y religiosas que dieron su vida por Cristo.

La influencia de la Revolución Francesa sobre otros países no se hizo 
esperar, generándose los movimientos independentistas de toda América. A 
partir de este evento se inició en América Latina una sórdida lucha desde 
inicios del siglo XIX hasta el siglo XX en que los movimientos políticos 
liberales bregaron por la secularización de las costumbres, por la 
separación de la Iglesia del Estado, por la tolerancia y libertad religiosa 
y civil, etc. Muchas de estas luchas hoy nos parecen desconcertantes pues 
incluso los católicos aceptamos como positivos muchos logros atribuidos a 
partidos con fuerte influencia masónica. Para nadie hoy es negativo que la 
Iglesia sea libre del Estado, que haya libertad religiosa y que haya 
libertades civiles. Pero para la Iglesia en esa época todas estas cosas 
fueron percibidas como una amenaza. Muchos masones son hoy admirados 
próceres e intelectuales de sus respectivos países como Rousseau, Voltaire, 
Danton, Robespierre, Marat, Miranda, Bolívar, San Martín, Sucre, O'Higgins, 
Washington, Franklin, Martí, Juárez, Mozart, Haydn, Goethe, Fleming, 
Garibaldi, Enrique VII de Inglaterra, Federico de Austria, Freud, Churchill 
y más recientemente los presidentes de USA Roosevelt (padre e hijo), Truman 
y Ford. Sólo por nombrar algunos.

Las diferencias entre la Iglesia y la Masonería están teñidas de dolorosos 
hechos históricos y de encarnizadas luchas políticas, pero sus diferencias 
se basan realmente en aspectos de carácter puramente doctrinal. La historia 
ha hecho que además esto se acreciente con odios y mutuas recriminaciones 
por errores de ambas partes. De allí que es necesario mirar con detenimiento 
las diferencias puramente doctrinales sin hacernos partícipes de los 
resquemores de la historia, para poder evaluar objetivamente por qué la 
masonería es incompatible con nuestra fe católica.

4. Incompatibilidad doctrinal con el Cristianismo.

a. Anti dogmatismo: La masonería rechaza todo tipo de dogmas por 
considerarlos contrarios a la libertad de conciencia, bien supremo y último 
al que deben aspirar sus miembros. Sin embargo aceptan la ciencia como un 
logro del intelecto humano. Los masones no perciben en esto una 
contradicción evidente: en la ciencia no todo es demostrable. Existen los 
axiomas sin cuya existencia como punto de partida no puede construirse el 
cuerpo de conocimientos. No hay que demostrar los axiomas. Los axiomas son 
los necesarios "dogmas" de la ciencia sin los cuales no puede existir. La 
masonería, al enseñar a sus miembros que desechen todo tipo de dogmas, les 
está diciendo que no hay verdad objetiva, que toda verdad es relativa al 
punto de vista de cada uno, creándose una doctrina de alto relativismo 
moral.

b. Racionalismo: La masonería propugna la Razón como la gran herramienta con 
la que el hombre puede llegar a la verdad y a formar su propia escala de 
valores. Este aspecto es uno de los más criticables de su doctrina pues 
pretende igualar la limitada capacidad intelectual humana con la Revelación, 
y por ende la razón está endiosada, es decir, reemplaza a Dios. De aquí 
surge la soberbia y la vanidad intelectual en la que suelen caer muchos 
masones. Todo aquello que la razón no logra entender debe desecharse o 
ponerse en duda, pretendiendo aplicar el método científico incluso para 
demostrar la existencia o no existencia de Dios. Como su existencia no es 
demostrable por la razón muchos masones son realmente ateos.

c. Panteísmo: Aún cuando aceptan a adeptos de cualquier religión y dicen no 
ser una religión, se enseña una visión panteísta. El panteísmo es la 
creencia en que Dios es todo. Si Dios es todo, o sea es una cosa y no es 
persona, entonces puedo concluir que yo soy Dios, lo que es un error. Por 
otra parte el panteísmo al enseñar que Dios es toda la creación, confunde al 
Creador con la Creación y lo despersonaliza. De allí que para ellos Dios no 
es alguien al que yo pueda hablarle ni que se preocupe personalmente de mí. 
Es un Dios sin amor que se manifiesta en las cosas, sin ningún objetivo ni 
plan específico para el hombre, quien sería una cosa más de la creación. Hay 
algunos pocos masones, normalmente cristianos protestantes o judíos, que 
rechazan esta visión diciendo que el panteísmo es una forma elegante y 
cómoda de ateísmo.

d. El Deísmo: Hay masones que también adscriben al deísmo, doctrina surgida 
durante la Ilustración y que plantea la existencia de un Dios persona y 
creador pero que no interviene en el curso de la historia ni en la vida 
individual de las personas.

e. Agnosticismo: La mayor parte de los miembros de la masonería latina 
adscriben al agnosticismo, doctrina filosófica que establece que no es 
posible llegar al conocimiento de lo absoluto, por lo que sólo podemos 
llegar al conocimiento de los fenómenos. Esta doctrina implica que, dado que 
no es posible llegar al conocimiento de lo absoluto, entonces perseverar en 
su búsqueda es una pérdida de tiempo. Los cristianos también creemos que no 
es posible llegar a Dios por nuestros propios medios. Lo que sabemos de 
Dios, es por la Revelación de Cristo, pero para la masonería aceptar la 
Revelación no es compatible con el racionalismo, por lo tanto el 
agnosticismo es más bien una invitación a no preocuparse de pensar en Dios y 
ponerlo fuera de la vida de las personas. El agnóstico vive sin Dios sólo 
porque no lo entiende. Pretende creer sólo en aquello que entiende. El 
cristiano no trata de entender a Dios, sino que le pide humildemente hacer 
Su voluntad, llenando con esto su vida y haciendo de Dios una experiencia 
vivencial diaria. Dios está vivo, Cristo está vivo, el Espíritu Santo está 
entre nosotros, aunque nuestra razón a veces no lo entienda del todo.

f. La Tolerancia: En general la tolerancia significa soportar la existencia 
de algo negativo pero inevitable: tolerar el dolor, tolerar algo 
desagradable, tolerar el error, etc. Sin embargo los masones ven la 
tolerancia con una connotación positiva. Para ellos se trata de tener la 
disposición para aceptar que el otro puede tener una porción de verdad en 
sus ideas, lo que a primera vista es bastante razonable. Pero ellos 
extrapolan la tolerancia hasta el nivel de las creencias, que son un nivel 
superior e inmutable de ideas. Las creencias no pueden tener el mismo grado 
de acomodación que las ideas. Hay creencias que conllevan la destrucción del 
hombre y otras su salvación. Las ideas son comparables a teoremas 
demostrables: si alguien me demuestra que estoy equivocado en mis ideas, 
estoy dispuesto a cambiarlas pues no destruyen la base sobre la que sustento 
mi vida, ni destruyen el camino de mi salvación. Mientras que las creencias 
son axiomas que sí sustentan la vida de las personas y, nuevamente, caemos 
en el tema de los dogmas. La tolerancia a todo implica nuevamente un rechazo 
a la existencia de una verdad objetiva alcanzable por fe y no por discusión 
y argumentación humanas, y a un total relativismo moral y religioso.

g. La autoconstrucción de la personalidad: Este elemento es muy actual, a 
pesar de venir desde el siglo XVIII, pues se amolda perfectamente a las 
actuales doctrinas de la Nueva Era donde el autoperfeccionamiento, la 
evolución personal del individuo y la sobrevaloración del "yo" son vistas 
como lo único necesario para estar en armonía con Dios, las personas, con 
uno mismo y la naturaleza. Muchos masones caen en las garras de buscar 
controlar el poder mental, fuente de mayores vanidades y de entusiasmo 
ocultista, queriendo dominar sólo a través de la mente las naturales 
debilidades humanas, sin la ayuda de Dios. Es una tentación de auto 
salvación, y por tanto una tentación a que uno mismo reemplace a Dios. Para 
el cristiano toda tentación sólo proviene del Maligno quien nos quiere lejos 
de Dios, que creamos que no necesitamos a Dios, que nos bastamos nosotros 
mismos y que somos omnipotentes para salvarnos solos, es decir, que nos 
creamos Dios. Por otra parte esta evolución individualista implica 
necesariamente un elitismo sólo para ciertos iniciados, al modo de los 
gnósticos del siglo II. Nada más alejado a la gracia y universalidad de la 
salvación, sin méritos propios, sólo por amor, que Jesús nos promete, 
partiendo por los más humildes y pobres de espíritu, no por los 
intelectuales y sabios.

h. El culto solar: Los masones, al hacer acopio de los misterios de muchas 
culturas ancestrales, toman para sí los cultos solares de dichas culturas, 
que vieron en el sol y en sus ciclos la fuente de vida y los cambios de la 
naturaleza que hacían posible la agricultura y la subsistencia. Por ello la 
masonería celebra con gran relevancia los solsticios de invierno y de 
verano, además de asociarlos a ausencia y presencia de luz espiritual. De 
hecho, durante la Revolución en Francia fueron abolidas todas las 
manifestaciones religiosas, reemplazándolas por procesiones de culto solar 
para celebrar los solsticios. Esto fue un retroceso de 10,000 años. Entonces 
los pueblos paganos atribuían toda la vida al sol que no es más que una cosa 
creada. Es de absoluto pecado a estas alturas continuar con estas 
adoraciones solares, pues desde Abraham sabemos que sólo Dios es fuente de 
vida, que el sol es instrumento de Dios para nuestra vida, pero no fuente de 
vida, pues es parte de la creación de Dios. Nuevamente estamos ante un 
elemento de la masonería para reemplazar a Dios.

i. Jesús: La masonería ve en Jesús al gran maestro de la Virtud, al cual 
insisten, sin base, en ligarlo con la secta judía de los Esenios y a 
relacionar, sin nada que lo demuestre, su vida desconocida entre los 12 a 
los 30 años con una supuesta formación iniciática en Egipto. Dicen que todo 
lo que enseñó fue en base a lo aprendido durante este período iniciático, 
así como que su doctrina es puramente esénica. Su muerte no habría sido tal 
y los supuestos ángeles que se aparecieron a María Magdalena serían en 
realidad médicos esenios que lo revivieron. En otras palabras Jesús sería 
uno más de los grandes iniciados de la humanidad, y no le reconocen 
condición divina alguna. Es curiosa la pretensión de la masonería de 
establecer hechos sin pruebas en la vida de Cristo que tienden a desvirtuar 
al cristianismo, considerando que proclama no ser una religión. Es curioso 
también que sea el cristianismo la única religión que recibe este ataque. 
Las religiones con carácter legalista (judía, musulmana), filosóficas 
(orientales), mágicas (hinduismo) o abiertamente mitológicas (griega, 
nórdicas, germánicas) son altamente valoradas y no reciben ataque alguno. 
Pareciera ser que deliberadamente pretendan socavar las bases del 
cristianismo.

j. Aborto y Divorcio: En general la Masonería es partidaria de legislar en 
estos temas, lo que no es aceptado por la Iglesia Católica. Sus razones son 
las mismas de todos los divorcistas y abortistas.

5. Conclusiones.

La masonería especulativa, mezclada con los principios de la Ilustración y 
con los misterios esotéricos de culturas paganas, es una degeneración de sus 
orígenes operativos, se confunde hoy con los movimientos de la Nueva Era, en 
los que cada persona puede construir su escala moral, lo que equivale a que 
cada uno se hace su religión a su acomodo, y elige caracterizar a Dios como 
le resulte más cómodo. La idea principal de estos movimientos como la 
Masonería, los Rosacruces y los movimientos Hermetistas, etc., es la auto 
superación, creyendo que el hombre es capaz de salvarse a sí mismo sin Dios 
a través del conocimiento elitista y de la evolución de los iniciados, 
negando la gratuidad y universalidad de la redención de Cristo, partiendo 
por los menos sabios y los que sufren.

La masonería genera en sus miembros una auto satisfacción con juegos 
intelectuales de alto vuelo. Sus miembros se gozan en sus propias 
elucubraciones intelectuales y buscan ser admirados por su conocimiento y 
sabiduría. Los masones se sienten soberbiamente fuera del mundo que llaman 
"profano", y creen ser los únicos que guardan los misterios ancestrales a 
los cuales el pueblo ignorante no tiene ni debe tener acceso.

La Masonería Latina es fervientemente anti católica desde sus orígenes, 
atacándola política y doctrinalmente como a ninguna otra religión. A pesar 
de ello reclaman por ser discriminados por la Iglesia católica dado que ésta 
prohibe a sus fieles incorporarse a la masonería, so pena de pecado grave 
(no ex comunión), según aclaró la Iglesia en 1983. Muchos creyeron que tras 
el Concilio Vaticano II se había levantado esta prohibición por lo que fue 
necesaria dicha aclaración. Las razones son evidentes dadas las enormes 
diferencias doctrinarias aquí explicadas: las doctrinas masónicas alejan al 
hombre de Dios y lo reemplazan por el mismo hombre.

La masonería hostiga y reseca el corazón del hombre. No da cabida para que 
el corazón acepte lo que la razón niega: que el poder de Dios no se compara 
con nada que podamos siquiera imaginar, y que lo que Dios es capaz de hacer 
supera infinitamente lo que nuestra razón es capaz de comprender. De allí 
que dejar toda esperanza de verdad y felicidad en manos de nuestra propia 
limitada razón humana es de una soberbia sin medida, y un camino seguro a la 
desesperanza y la muerte espiritual.

Alejandro Gnecco.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Buen artículo, me permitió conocer sobre masonería tema qué siempre me llamó la atención por lo misterioso qué se.siente y por los múltiples comentarios qué al respecto había oído!

Unknown dijo...

Cada día amo más mi religión Católica y más aún después de conocer sobre otras creencias!

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