Nuestros Sabios instauraron que los hijos recuerden las almas de sus padres fallecidos al rezar en las Festividades, y también se comprometan a hacer donaciones en su memoria pues constituye un mérito para sus almas y permite que éstas alcancen un nivel espiritual más elevado aún.
Este breve servicio de recordación tiene lugar luego de la lectura de la Torá y antes de devolver los Rollos al Arca (véase Majzor para Iom Kipur, pág. 158). La plegaria de recordación - Izkor – se recita en el último día de Pesaj, el segundo día de Shavuot, bm Kipur y Sheminí Atzeret. Los días de Rosh HaShaná y Iom Kipur son considerados en este caso como una sola Festividad y por lo tanto Izkor se recita sólo en Iom Kipur.
Esta plegaria tiene un significado mucho mayor en Iom Kipur que en las demás Festividades, pues la verdadera esencia de este día es la procura de misericordia, perdón y expiación, tan necesarios para las personas fallecidas como para las vivas. Aunque el versículo (Salmos 88:6) expresa: "Entre los muertos hay libertad" -que nuestros Sabios interpretaron (Shabat 30a): "Cuando la persona muere, queda libre de la obligación de cumplir Torá y mitzvot"-, los difuntos, sin embargo, se benefician con las donaciones que sus hijos hacen en favor de sus almas. Los Sabios derivan esta idea del siguiente versículo (Deuteronomio 21:8): "Con-cede expiación a Tu pueblo, Israel, que has redimido"; 'Concede expiación a Tu pueblo, Israel'-se refiere a los vivos; 'que has redimido' se refiere a los fallecidos. Esto nos enseña que los muertos requieren expiación. ¿Cómo la logran?. Por intermedio de las plegarias y donaciones cari-tativas que los vivos hacen en su nombre, pues Di-s sondea los corazones, y sabe que de continuar el difunto con vida hubiera dado él para caridad y obtenido el mérito.
Además, si los padres transitaron la senda del bien, enseñando a sus hijos a rezar, a realizar mitzvot y contribuir con caridad, el hecho de que estos continúen haciéndolo tras su deceso demuestra que los padres todavía ejercen su influencia sobre ellos; la fuerza de aquellos perdura en las acciones de los hijos, y es como si ellos mismos estuvieran vivos y cumplieran mitzvot.
La costumbre Ashkenazí es que aquel cuyos dos padres están vivos abandona la sinagoga al momento de recitarse Izkor, para evitar el mal de ojo que podría resultar de la envidia de quienes ya no los tienen. Otra de las razones es que alguien podría unirse inadvertida-mente a la congregación en las plegarias de recordación por los difuntos, y con ello estaría invitando al Satán a actuar. Un tercer motivo es que no resulta apropiado que uno permanezca en silencio mientras los demás están rezando.
En las congregaciones sefardíes, en cambio, se acostumbra que todos permanezcan en la sinagoga. Sólo el oficiante recita Izkor ("Hamenajem") y cada individuo le da los nombres de sus parientes difuntos para que los incluya en la plegaria colectiva pidiendo mise-ricordia por ellos. Por eso, la costumbre sefardí es recitar la plegaria dc recordación en cada Shabat y Festividad.
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