La Iglesia existe para anunciar el Evangelio y comunicar la vida de Jesucristo. Sus tesoros son para todos. No guarda conocimientos secretos reservados para una clase privilegiada de "iniciados". Los únicos secretos de la Iglesia son los de la confesión o la confidencia que se guarda por obligación moral por tratarse del respeto a la vida privada de personas a las que ministra.
En cuanto a la apertura de los archivos Vaticanos, se ha de tener en cuenta que ningún aspecto de la actividad de la Santa Sede, incluido el diplomático, está separado de su misión esencialmente religiosa y espiritual. La documentación del archivo se refiere, indistintamente, a problemas de orden religioso y delicadas cuestiones personales de conciencia (fuero interno), sobre las que se piden y se ofrecen consejos y directivas para la vida espiritual de las personas, cuya esfera privada debe ser respetada siempre, incluso después de la muerte de los interesados. Este aspecto implica un trabajo delicado de la clasificación del material.
Los que odian la Iglesia reclaman que se hagan públicos archivos que ellos llaman "secretos" y que, en realidad, La Santa Sede ya ha publicado y están disponibles para todos.
0 comentarios:
Publicar un comentario